Con relación a su definición  más amplia, la economía del cuidado son todas aquellas actividades que abarcan desde  la producción, rendimiento, organización, intercambio y uso de los servicios de cuidado, teniendo en cuenta  que  esto incluye las actividades y ejercicios  en los cuales  se cuida a otra persona e incluso hace referencia al  auto cuidado, no obstante también se realizan actividades  como la atención del hogar, la preparación de alimentos, la enseñanza de valores y habilidades en la infancia, entre otras, siendo estas  acciones inevitables y necesarias para la producción de nuestro capital, dado que estas actividades sirven para el crecimiento de la comunidad actual y futura. Pues bien, en este ensayo lo que se pretende es darle una explicación al concepto de economía del cuidado histórica y  socialmente, dándole un enfoque sociológico por el cual se busca demostrar como la mujer se ha visto sumergida en este mundo de actividades las cuales culturalmente han creado una estrecha relación con  el cuidado del hogar, reflejando así la oscura realidad a la que se enfrentan miles de mujeres debido a la falta de reconocimiento y de visibilidad, y no obstante también busca evidenciar   que esta labor cumple con los requisitos para pertenecer a las corrientes económicas del país. Dicho esto, la Ley 1413 de 2010, nos define el trabajo doméstico no remunerado como aquella labor que se lleva a cabo dentro del hogar, concerniente al sostenimiento de la vivienda, los cuidados y la vigilancia a otras personas del hogar e  incluso de su comunidad  y sobre todo el sustento de la fuerza que representa el trabajo remunerado. Da lugar a pensar que , la economía  del  cuidado  no remunerado ha sido un tema que no se ha visibilizado en la sociedad principalmente  en aspectos políticos y socioeconómicos, y esto se debe a que no le damos la verdadera importancia a estas prácticas teniendo en cuenta que son las mujeres las principales en asumir estas labores con responsabilidad perdiendo valor e importancia en aspectos de suma relevancia para sus vidas. Es por esto, que considero que el estudio y sobre todo el análisis de la economía del cuidado es crucial para comprender muchas de las causas de la inequidad de género y no obstante para poder generar soluciones de política pública que puedan contribuir a la no precarización de estas actividades que son necesarias e indispensables para el funcionamiento adecuado del sistema socioeconómico. A partir de estas realidades, es conveniente señalar que la ley mencionada anteriormente, pretende otorgar importancia y sobre todo dar merito  a estas prácticas de trabajo netamente doméstico, ya que son actividades que generan no solo desgaste físico, psicológico, sino que también representa una gran demanda de tiempo y energía, teniendo como el resultado el bienestar de las personas que se encuentran alrededor de quien realiza estas tareas. No obstante, la esencia de esta  ley no se ha logrado cumplir en su cabalidad  por que la labor del cuidado no remunerado actualmente no cuenta con el reconocimiento que lo designe  como un sector productivo dentro de la economía, es por esto que es importante señalar que esto no solo se  presenta en nuestro país si no que  por el  contrario es algo que se evidencia a lo largo del mundo, es así como se genera cierta controversia por  que esta ley a pesar de que le da un valor a esta actividad, no genera un impacto económico ni una trascendencia social real. Es asi, mediante el decreto 2490 del 2013  que ordena la ley 1413 del 2010,  el cual le  da procedencia  a la “Comisión Intersectorial para la inclusión de la información sobre trabajo de hogar no remunerado en el Sistema de Cuentas Nacionales”,   señala que dicha comisión mencionada anteriormente cuenta con una serie de condiciones que son imperativas las cuales dan lugar a todos aquellas diligencias administrativas que se requieran para la pronunciación, y coordinación para la generación de información de vital importancia. En efecto, apreciado bajo otro enfoque, la economía del cuidado durante décadas y mucho tiempo de luchas, ha sido un tema por el cual las mujeres han planteado la importancia y el alcance que este requiere  y a su vez la necesidad de que tenga un reconocimiento respecto a la   trascendencia  que ha tenido el trabajo doméstico no remunerado a través del tiempo,   OXFAM (2020) presento un documento con gran importancia respecto a este tema, documento que concebía  la desigualdad económica como una base que está formada  sobre la inequidad de género, y sobre todo hacían mención a   que son las mujeres quienes constantemente acostumbran a ejecutar los trabajos en condiciones más precarias, peor remunerados y sobre todo aquellos que no cuentan con ningún tipo de garantías y proteccion, es así como millones de mujeres y niñas se dedican al cuidado de su grupo  familiar y no obstante siguen siendo imperceptibles ante los sectores laborales y económicos. El cuidado tiene una gran perspicacia que se basa en admitir aquella necesidad de atender y cuidar a la familia, pero… ¿ por qué somos las mujeres quienes por regla general y existencial estamos en la obligación de atender a estas necesidades? Es por esto, que para poder dar respuesta a esta incógnita es importante ubicarnos en un plano histórico que nos permita englobar la razón por la cual, la mujer y el trabajo domestico tienen una estrecha relación. Particularmente, desde que tengo uso de razón, el trabajo doméstico no remunerado  se ha visto presenciado a lo largo de la historia, y esto surge por la simple exigencia de la productividad que se requiere dentro del hogar para un buen desarrollo socioeconómico, esto quiere decir que durante décadas, y muchos años el trabajo doméstico ha sido una actividad laboral de gran importancia social, pero que comprende un sin número de brechas sociales que han contribuido a la existencia de la inequidad de género y sobre todo aquellas situaciones que precarizan y violan el derecho a la dignidad humana según lo define nuestra carta política en su articulo 13: “Consagra que todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, que todas contaran con igualdad de derechos, protección, y oportunidades sin ningún tipo de segregación ni discriminación” (constitución política 1991). Ahora bien, hablando un poco de historia, la teoría neoclásica o también llamada escuela operacional  fue la teoría que mediante su transformación dio lugar al main stream de la ciencia económica, desde esta teoría se parte desde una perspectiva  distinta de lo que se conoce como el trabajo doméstico,  teniendo como principal fundamento la decisión individual que tuvo  como soporte a la “Nueva Economía de la Familia”, elaborada básicamente en la Escuela de Chicago (Becker, 1987). Esta teoría hace mención a la idea tradicional que tenemos sobre la familia, no obstante considerándola como un punto principal  de producción y consumo, justificando la desigualdad que históricamente las mujeres hemos atravesado, evidenciando la típica  división laboral entre hombres y mujeres,  y sobre todo  normalizando aquellas conductas que representan una transgresión a los derechos. Por otro lado,  Carrasco et al. (2011) investigo el desarrollo y evolución de “ la división del trabajo entre los hombres y mujeres ” quien hizo un fuerte señalamiento en el cual mencionaba que la revolución industrial  deshabito a los hogares de sus obligaciones útiles,  por lo tanto dio cabida a un largo desarrollo del proceso de la esencia y naturaleza del trabajo doméstico.  Es por esto, que a partir de dicho momento tanto hombres como mujeres dejaron de distribuir y sobre todo compartir todas aquellas responsabilidades que se adquieren dentro del seno hogar y la mujer fue quien tomo las riendas sobre el asunto. Con ello, la comercialización y desarrollo de los procesos productivos y de rendimiento efectuadas por las familias en la sociedad preindustrial estableció el trabajo de cuidado como el pilar  en el trabajo familiar domestico. ” (Vanek 1974) Si bien es cierto que estas actividades a través de la historia han sido arraigadas y marcadas por la presencia femenina, cabe resaltar que actualmente hay muchos hombres que se dedican al cuidado del hogar y las mujeres realizan trabajos fuera del mismo, estos casos no son muy recurrentes sin embargo se presentan, por lo tanto es relevante tener en cuenta que el concepto de la economía del cuidado ha ido evolucionando a través del tiempo, esto lo podemos  ver evidenciado en las siguientes cifras del DANE: en 7 de cada 100 hogares hay un hombre dedicado al cuidado del hogar, que no aporta ningún ingreso económico o que en términos generales no es el jefe del hogar. Si esta inclinación persiste en la misma dinámica, para el año 2023 10 de cada 100 hogares tendrán un hombre encargado de las labores domésticas o como coloquialmente son llamados “amo de casa”, esto replantearía muchas cosas de las cuales actualmente conocemos lo cual representaría un gran avance para dicha actividad, ya que se evidencia una clara evolución del concepto que hemos construido socialmente. *Estos datos son de la Encuesta de Calidad de Vida 2015, con cálculos personales*. (DANE) A groso modo, los autores Davis y McMaster (2020) indicaban que el cuidado es una actividad que en materia se convierte esencial para el buen desarrollo de la sociedad y principalmente de nosotros como seres en el mundo, mas aun, afirmaban que a través del tiempo esta actividad se fue fundamentando en la economía como un suministro social, pero que la economía solo considero como una actividad insignificante… Es así, como los economistas diariamente ignoran la importancia que tiene el cuidado para nuestra  existencia. Es por esto, que entendemos que la economía esta  en todas partes, pero la historia ha ido mostrando una cara totalmente diferente cuando se habla de  esta actividad. Si bien es cierto, Adam Smith, fue el primer economista en hablar del cuidado, pero no lo hizo desde su facultad como economista, si no como filosofo moral, es por esto, que Smith  hace  mención de que la economía del cuidado es una práctica única y exclusivamente femenina, esto quiere decir, que es una labor fundada desde  las emociones, en las cuales se ponen en evidencia las virtudes y el vigor  de la mujer. Sin embargo, enfatiza en que  estas actividades se llevan a cabo   como un simple acto de generosidad , que se entrega de manera voluntaria, no es obligatoria, es gratis y es una labor por la cual no se debe de pretender ningún tipo de remuneración, en resumidas cuentas para este autor el cuidado es  una actividad que no puede ser parte de la estructura   económica. En consecuencia de lo anterior, personalmente considero que  esta labor cumple una función esencial en la economía,  esta representa “ la reproducción de la fuerza de trabajo” Si no se contara con este trabajo que es cotidiano,  el cual permite y facilita que el estado disponga todos los días de trabajadores en condiciones óptimas para poder emplearse, el sistema simplemente colapsaría. En efecto, teniendo en cuenta su funcionamiento, el cuidado establece un bien económico de transposición tanto para las familias como para la sociedad, esto se debe a que su resultado va destinado al aumento de la producción, y por tanto, a la economía de los hogares. (Frick et al., 2009; Frazis y Stewart, 2011; Folbre 2015) Adicionalmente,  es importante tener en cuenta la gran división e inexactitud a la hora de hablar del rol determinante en el momento  de realizar estas actividades en relación  a la equidad de genero, Lamentablemente, actualmente en Colombia hay una gran brecha entre hombres y mujeres respecto al cuidado del hogar no remunerado. Según cálculos del DANE, las mujeres representan acerca  del 76.7% de las labores del trabajo de cuidado no remunerado y aproximadamente  se dedican a estas actividades el 74% de las horas trabajadas. Esta situación no es la deseada, pues disminuye las  oportunidades  que tiene la mujer respecto al hombre en diferentes aristas, impidiendo la equidad dentro del hogar y la eficacia que se requiere  en el trabajo. (VALENTINA FUQYE, 2020) La equidad de genero es un agente indispensable en términos de la economía del cuidado, autoras como Carrazco exponen, que la dedicación a los hijos y a adultos mayores, lo llevan a cabo mujeres que lo hacen por amor, afecto, apego y por imposición social, ya que sienten el deber de hacer aquello que les corresponde por que socialmente ha sido destinado para las mujeres. . (Tomado de http://revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/revistas/n11/REC119_ intervenciones_CristinaCarrasco.pdf). Las mujeres no pretendemos dar un concepto negativo ni equivocado de la economía del cuidado, al contraria buscamos diafanidad en lo que corresponde a las actividades “laborales domesticas” que se realizan para poder tener una igualdad evidente dentro del núcleo familiar, esta brecha social que se impuso a lo largo de los años a dado paso  a la sobrecarga de trabajo doméstico, siendo la mujer una empleada no remunerada, que no cuenta con un descanso digno, no tiene acceso a seguridad en materia de salud ni riesgos laborales, dispone de poco tiempo y se encuentra limitada a realizar otra serie de actividades que se requieren para un optimo desarrollo personal, es decir que esta economía del cuidado en cierta parte  imposibilita a la mujer para realizar ciertas actividades fuera del hogar como estudiar, capacitarse e incluso recrearse, ya que tiene la obligación de responder a estos cuidados por ser mujer, ya que por su condición de madre ya tiene una responsabilidad “biológica”. Pese a todo, he decidido hablar de este tema ya que es una actividad poco mencionada y que nosotros mismos nos encargamos de hacer a un lado cada vez mas, siento una gran responsabilidad al tomar este tema ya que el trabajo domestico no remunerado es una actividad que hemos evidenciado desde nuestro nacimiento y culturalmente no nos han educado ni orientado para darle la verdadera importancia que se debería, aunque ya tengamos una legislación que permita otorgar valor a la economía del cuidado, no sirve de nada si seguimos haciéndonos los de la vista gorda, si seguimos ignorando la relevancia que tiene para la economía del país y no obstante en el desarrollo productivo del núcleo familiar.  Vivimos en una sociedad que se ha encargado de normalizar la violencia, abusos y un trato desigual dentro del hogar, y es que… dentro del hogar, del “ lugar seguro de cada familia” es en donde mas se presentan situaciones que violentan a las mujeres y niñas,  ya que venimos de un pensamiento arraigado en donde las labores del hogar son netamente femeninas. Es así como cada vez   se ha ido presentando  con mayor fuerza  el desempleo, se evidencia la gran falta de oportunidades que tiene la mujer frente al hombre al contar con el deber y el compromiso del cuidado, la población  femenina se encuentra tan arraigada en tener un papel de cabeza de hogar y ama de casa, que aunque es valido y evidentemente en muchos casos voluntario, hace que la intervención femenina en el ámbito laboral sea escaso, complejo, de difícil acceso, a los cuales se les suma también en algunos casos factores como el poco acceso a la educación. Teniendo en cuenta  el modelo de las tres R de Elson, podemos evidenciar como las políticas publicas  deben de estar dirigidas a promover la participación equitativa en la economía del cuidado, en términos generales tienen grandes retos en circunstancias y situaciones en las cuales  se disponen la distribución de responsabilidades, de esta manera, si estas políticas se llevan a cabo de manera efectiva, el primer efecto que tiene que surgir es transferir muchas de estas responsabilidades al hombre, al estado y la sociedad. En síntesis, la corte constitucional  en la sentencia C-028/19 indico que;  la jurisprudencia constitucional determino que la igualdad compromete tanto a las personas como a legislación otorgar un trato igualitario siempre y cuando no haya razones  suficientes para darles un trato distintivo, es necesario determinar en que casos se ven tratos discriminatorios para asi poder dar una solución. Para reforzar lo mencionado anteriormente por la corte, es necesario explicar la importancia de la igualdad como lo emana nuestra carta  política, ya que la igualdad como derecho fundamental  le permite a todas las personas gozar de los mismo derechos, oportunidades, y no obstante también obligaciones y en efecto, la  familia es el  lugar principal donde desde la niñez se fundamentan las primeras nociones, por lo tanto desde el hogar se debe de ver reflejada  una equidad y una democracia para no caer en lo que anteriormente mencionábamos como efectos negativos de dichas practicas, convirtiéndose esto en una situación que precariza las condiciones de vida de la persona que realiza esta  actividad. Finalmente he llegado a la conclusión de que el concepto de economía del cuidado ha tenido una gran evolución en la ultima década, teniendo en cuenta cada uno de los conceptos a través de diferentes doctrinantes hasta llegar a la conclusión de que el deber del cuidado es una practica en  donde las discriminaciones laborales influyen en gran medida a la hora de su participación. No obstante, es importante resaltar, que la economía del cuidado y su legislación busca visibilizar aquella brecha y relación entre el trabajo remunerado y no remunerado teniendo en cuenta la distribución de las labores, obteniendo  como principal objetivo el de la disminución de aquella brecha socialmente creada. Así mismo, es fundamental señalar  la trascendencia que tiene la economía del cuidado en nuestras vidas, debido a que esta, influye sobre la fuerza de trabajo, ya que de cierta manera permite que otros puedan emplearse en condiciones óptimas y no obstante permite que se lleve a cabo la mano de obra, así mismo, aumenta la productividad al permitir que esa mano de obra no tenga distracciones ni otras responsabilidades dentro del hogar, el cuidado también genera un valor económico, ya que se requiere de tiempo, energía, productividad, eficacia entre otros aspectos para que esta actividad se pueda realizar. Para finalizar, quiero resaltar la importancia que tiene el estado colombiano ya que este tiene la facultad de generar mejores condiciones a la hora de llevarse a cabo esta actividad, a partir de políticas públicas en las cuales fomente un dialogo social dirigido hacia el hombre especialmente,  que ayude a promover la participación activa en los cuidados del hogar no remunerados, y así poder contribuir de manera directa e indirecta en cada una de las comunidades y sobre todo familias , protegiendo el derecho a la dignidad humana, a la igualdad, a la equidad de genero, y  promoviendo la no violencia. Después de todo este camino recorrido es casi que imposible negar y hacer a un lado la posibilidad de que la economía del cuidado no remunerado cumple con los preceptos para pertenecer a las corrientes económicas del país, teniendo en cuenta que sus limites son que sus actividades se realizan dentro del hogar, pero una vez salga de este, si representa un valor económico. El respeto y la igualdad son valores que se fundamentan desde casa, pero que a diario como personas vamos construyendo, es por esto que nosotros tenemos la responsabilidad a manera de reflexión de trabajar dia a dia para fomentar y proteger dichos valores, y sobre todo entender que son actividades cotidianas que demandan una serie de aspectos que no se llevan a cabo con facilidad, que muchas veces se realizan en condiciones precarias, por lo tanto desde los pequeños actos como el respeto y hacer visible esta actividad, ayudan a que en un futuro esta labor pueda hacer parte de las corrientes económicas de nuestro país y tener un papel importante socialmente.      

ENSAYO ELABORADO POR: Michelle Melisa vanegas Martinez. 

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO