Víctor Manuel Ramírez Mejía
Resumen
Dentro del estudio de las condiciones laborales de los trabajadores de plataformas digitales se da una gran distinción entre las plataformas digitales basadas en la web y otras basadas en la ubicación. Esta distinción se da principalmente por la forma en que se presta el servicio y especialmente sobre los servicios que se prestan. Así pues, en una podría encontrarse sustancialmente precariedad en sus trabajadores mientras que en la otra no, aun estando ambas en situación de informalidad. Con todo, informalidad no siempre significada precariedad.
Plataformas digitales
El trabajo en plataformas digitales surgió a principios de los años 2000 con el crecimiento de Internet y la necesidad de contar con participación humana en las tareas necesarias para el buen funcionamiento y producción de las industrias en línea. Los trabajadores pueden trabajar desde cualquier lugar del mundo en tanto tengan una conexión a Internet. Los puestos de trabajo van desde la sofisticada programación informática, el análisis de datos y el diseño gráfico, hasta las relativamente sencillas “micro tareas” de naturaleza administrativa (Berg, Furrer, Harmon, Rani, & Silberman, 2019).
Así pues, las plataformas digitales o plataformas virtuales pueden definirse como espacios en internet o ciber espacios que permiten la ejecución de diversas aplicaciones o programas en un mismo lugar para satisfacer distintas necesidades (Giraldo, Block Rock Content, 2019).
También se afirma que las plataformas digitales se presentan como meros instrumentos técnicos cuya función es aproximar oferta y demanda de bienes y servicios sin establecer relación alguna con oferentes y demandantes que limitan a contratar directamente entre si el ciberespacio (Perez de los Cobos, Ferrero Romero, & Garcia Rubio , 2018).
Estas mismas se autodefinen como empresas tecnológicas que actúan el mundo de la sociedad de la información y cuya actividad consiste en el desarrollo de una app o página web para posibilitar el contacto entre quienes demandan un servicio y quienes lo prestan, esto es, se limitan a proporcionar un servicio de intermediación por el que habitualmente perciben un canon (Cavas Martinez, 2019).
En un término general son espacios en internet que permiten la ejecución de diversas aplicaciones o programas en un mismo lugar o sitio web, son un habilitador tecnológico para satisfacer distintas necesidades, estas crean una interacción entre las personas que, gracias a la tecnología de la información y la comunicación, se vuelven globales siendo así cómo se transforma nuestro modo de comprar, de comunicar y de trabajar (Sanchez, 2018).
Dentro del modelo de negocio denominado “economía de plataforma” o “capitalismo de plataformas”, se ha dado una clasificación sugerida por la Organización Internacional del Trabajo (De ahora en adelante OIT) que permite distinguir entre dos tipos de plataformas: por un lado las plataformas en línea, en las cuales el trabajo se terceriza on line mediante convocatorias abiertas a una audiencia geográficamente dispersa que trabajará ofreciendo servicios virtuales; y por otro lado, las sustentadas por aplicaciones móviles (apps) con geolocalización, en las que el trabajo se asigna a individuos que prestan servicios físicos situados en zonas geográficas específicas (De Estefano, 2016).
Partiendo de allí se puede distinguir entre dos grandes categorías de plataformas de trabajo, unas basadas en la web y otras basadas directamente en la ubicación. Una característica general de ellas es que las tareas pueden ser asignadas ya sea a un individuo seleccionado específicamente para realizarla, o a un grupo de personas determinadas para esta. La primera de ellas –las basadas en la web- no requiere el desplazamiento del trabajador a prestar la actividad, ofreciendo así un servicio netamente virtual, así como también son una herramienta de ayuda para las empresas que las emplean; como contraste las plataformas que emplean la ubicación, brindan una asistencia física, en donde inevitablemente deben desplazarse físicamente para ejecutar la tarea, ya que se realizan localmente (Madariaja, et al., 2019).
Así mismo y de manera general, se clasifican en tres grandes rubros principalmente (i) según su finalidad que dan lugar a dos modelos de economía distintos: la economía colaborativa y la economía bajo demanda; (ii) según la intensidad del factor productivo: de trabajo y de capital y (iii) según el tipo de servicios y nivel de calificación (Madariaja, et al., 2019). Ahora bien, dentro de estas diferentes maneras de nombrar este tipo de empleo digital, uno de ellos es el crowdsourcing, que se entiende como el acto de externalizar tareas entre un grupo de personas. Con las plataformas, las empresas ahora aprovechan la conectividad obtenida a través de estas para tener acceso a una mano de obra en lugar de construir edificios para trabajar de forma centralizada (Berg, et al., 2019).
Informalidad
Por su parte, la informalidad laboral es un fenómeno que se ha caracterizado por una ausencia de regulación legal y normativa en el cual se violan los derechos mínimos obligatorios de un trabajador, generando una agresión a la dignificación del trabajo. Esta problemática se ha inmiscuido en el mundo, generando como consecuencia la precarización del trabajo y vulnerando los derechos fundamentales mínimos de un trabajador, según la Organización Internacional del Trabajo en su informe mujeres y hombres en la economía informal – un cuadro estadístico, más de 61 por ciento de la población activa – se ganan la vida en la economía informal. (OIT, 2018) Esta investigación sostiene que la informalidad deberá entenderse de dos formas, por un lado, el sector informal y por otro, el empleo informal.
El sector informal puede describirse en términos generales como un conjunto de unidades dedicadas a la producción de bienes o la prestación de servicios con la finalidad primordial de crear empleos y generar ingresos para las personas que participan en esa actividad. Estas unidades funcionan típicamente en pequeña escala, con una organización rudimentaria, en la que hay muy poca o ninguna distinción entre el trabajo y el capital como factores de producción.
Las relaciones de empleo –en los casos en que existan– se basan más bien en el empleo ocasional, el parentesco o las relaciones personales y sociales, y no en acuerdos contractuales que supongan garantías formales.
Por otro lado, las personas ocupadas en estas unidades de producción de bienes o prestación de servicios corresponden al empleo informal. En ese sentido, hablar de economía informal involucra tantos las primeras como las segundas, tanto las actividades realizadas por los trabajadores y las unidades económicas que, en la legislación o en la materialidad, no están cubiertas o insuficientemente cubiertas por los sistemas formales. (OIT;, 2013)
En otras palabras, podría considerarse como toda actividad económica realizada por un trabajador o una unidad productiva que se escapa de la órbita regulatoria del Estado y de las prerrogativas –deberes, obligaciones, derechos- que esta supone. Es precisamente esta disgregación la que genera la desprotección, especialmente en los trabajadores, por ser quienes sufren la desmejora de las condiciones mínimas que determina la ley, o cuando mínimo, las dignas en razón de su ser.
Segmentación
Con relación a las plataformas digitales y con ocasión de las encuestas desarrolladas desde el semillero Progreso y Trabajo para conocer las condiciones de los trabajadores de plataformas digitales en la ciudad de Ibagué, se confirmó la gran distinción entra estas como ya se mencionó anteriormente: basadas en la web y basadas en la ubicación. Tanto la una como la otra mostro diferencias sustanciales en cuanto a las condiciones de cada uno de sus empleados permitiendo una segmentación y caracterización especial arrojada gracias a los datos obtenidos en dicha encuesta en el mes de julio a septiembre de 2021.
Frente a esto, es claro que existe una gran brecha entro los trabajadores de ubicación y los de la web. Los trabajadores de plataformas basados en la ubicación representaron dentro de la encuesta, el 64% de los encuestados dirigido a actividades principalmente de domicilios y transporte de personas, con horas de trabajo más largas y menos productivas, desplazamientos continuos y una mayor exposición a la inseguridad.
Por su parte, los segundos o los basados en la web, dirigen sus actividades principalmente al streaming o transmisión en vivo, al trading o al marketing digital, caracterizándose por un mayor nivel académico, menos horas de trabajo, una mayor dependencia para la prestación de sus servicios, no hay necesariamente un desplazamiento y una cantidad sustancialmente mayor en la percepción de sus ingresos. La integridad de los datos y conclusiones obtenidas serán expuestos posteriormente con la terminación del proyecto de investigación adelantado por el Semillero Trabajo y Progreso, por ahora resulta claro que dentro del mundo de las plataformas digitales se reafirma la premisa de que no siempre que hay informalidad hay precariedad en tanto resulta claro que los ingresos percibidos pueden ser en algunos casos mucho mayor a los imaginados.
Esto a su vez sugiere un trato y un reto especial a la hora de su regulación por cuanto debe considerarse las particularidades de cada caso para la asistencia que debe darse a partir de las prerrogativas normativas en su regulación. Es pues un primer pasó conocer las condiciones que permean las realidades de estos trabajadores para adentrarnos en un camino que permita una superación ideal a la anomia legislativa dada en la actualidad.
Berg, J., Furrer, M., Harmon, E., Rani, U., & Silberman, S. (2019). Las plataformas digitales y el futuro del plataforma. Como fomentar el trabajo decente en el mundo digital. Ginebra Suiza: OIT. Cavas Martinez, F. (2019). Breves apuntes para una regulacion multinivel de trabajo en plataformas digitales. Revista de Derecho social, No 87, 6-89. De Estefano, V. (2016). The rise of the "just in time workforce" on demand work, crowdwork and labour protection in the gig economy. International Labour Office. Giraldo, V. (14 de Febrero de 2019). Block Rock Content. Obtenido de Plataformas digitales ¿que son y para que existen?: https://rockcontent.com/es/blog/plataformas-digitales/ OIT. (2018). Mujeres y hombres en la economia informal: un panorama estadistico. Ginebra: OIT. OIT;. (2013). La medición de la Informalidad: Manual estadístico sobre el sector informal y el empleo informal. Turin: Centro internacional de Formacion de la OIT. Perez de los Cobos, F., Ferrero Romero, C., & Garcia Rubio , M. (2018). El trabajo en plataformas digitales: analisis sobre su situacion juridica y regulacion futura. España: Wolters Kluwer España. Sanchez, J. (2018). Plataformas digitales y compatibilidad: una vieja historia en un mundo nuevo. Cartas Universidad Politecnica de Madrid.